viernes, 30 de marzo de 2007

El surrealista Día del Joven combatiente.

Ayer fue una jornada rara. Mientras los tribunales del país dejaban en libertad al hijo de la Diputada UDI María Angélica Cristi, Poul Morrison Cristi, sorprendido con 22 gramos de marihuana y algunas dosis de otras drogas, y tras 22 años de injustificable dilatación, los mismos tribunales decidían recién dar lugar al proceso por homicidio contra los uniformados que asesinaron a los hermanos Vergara, hecho que dió lugar a la conmemoración anual de esta fecha como el Día del Joven Combatiente, al mismo tiempo que miles de niños y jóvenes se enfrentaban en todo el país contra las fuerzas de orden y seguridad.
Surrealista.

Sociólogos, periodistos y hasta mi opinóloga predilecta, la vieja de la esquina tenían algo que decir al respecto. No de lo que pasaba en los tribunales, sino de esa juventud de hoy en día, tan violenta y tan vandálica. ¿Y pidiendo qué? Todo el mundo decía "Al menos las protestas de los pingüinos tenían un sentido"...
A la vieja de la esquina no se le ocurrió preguntarse dónde estaba su hijo ayer.

Al mismo tiempo, la vieja de otra esquina, en un barrio con seguridad privada y cuatro autos en el garage opinaba que todo esto es culpa de los comunistas y socialistas. Que si estuviera vivo Pinochet la cosa no sería así. La nana escuchaba y asintía obedientemente mientras pelaba papas en la cocina viendo en la tele a un escolar encapuchado agarrando a peñascazos una micro del Transantiago. Nada le llamó la atención a la nana, no reconoció la polera roja que usaba su hijo en la casa cuando hacía calor, ni el chaleco de colegio mil veces zurcido. Al cabro chico ni se le ocurrió acordarse de su mamá en ese momento. Más bien se acordaba de la madre del policía que lo perseguía.
La hija de la patrona, encerrada en su pieza, a esa misma hora se sentía gorda y se ponía sus buenas dósis de anfetaminas para combatir su angustia.
Surrealismo puro.

Un poco más temprano, en otro lugar de la ciudad, Carabineros mostraba con orgullo el decomiso de una docena de machetes y muchísimos bidones con material que iba a ser usado para fabricar explosivos por los subversivos estudiantes de la USACH. Los mecanismos de inteligencia policial en todo su esplendor. Si hasta el subsecretario Harboe fue a ver la gracia de los chicos de verde. Menos mal que nos salvaron de estos universitarios extremistas...
Eso si, es una verdadera pena que más tarde revelaran que lo que encontraron no era más que la utilería de una obra de danza africana que hacían en la universidad... ¿y los bidones? Simples residuos orgánicos de la facultad de química. Pero ¿qué iban a saber los pobres carabineros de danza o de química?
Inteligencia Policial, el sólo concepto es surrealista.

Más tarde, pasó un vandálico y le pegó una patada en el poto a un carabinero. El oficial se sacudió el uniforme, pero justo 2 segundos después, otro jovencuente le propinó una "demencial", "Brutal", "Injustificada" patada voladora, enviándolo de bruces al suelo.

Voces de condena. Pobre oficial. No se lo merecía... los estudiantes de la Usach estarán de acuerdo conmigo.

¿Y todo eso porqué?

No nos hagamos los tontos. La sociedad ha cambiado. El modelo lo ha provocado. Los jóvenes tienen rabia aunque no sepan porqué. Tampoco saben lo que quieren, pero lo quieren ahora. Lo de ayer no fue más que la expresión catárquica de ese odio contra todo. Pero fundamentalmente odian viceralmente a un mundo que no hace nada por ellos. Porque los jóvenes no son animales de granja a los que controlar. Son seres sensibles y llenos de potencial, pero que de la forma en como se dan las cosas se sienten bienes transables. Igual o peor que las vacas. Se espera mucho de ellos. Son parte fundamental del mercado, aunque no gocen de los beneficios del dinero que generan para los más ricos. Por eso se rebelan contra la represión brutal de las policías y la más sutil de todas: la sociedad de mercado y todo lo que la represente.

El análisis tradicional de las rebeliones populares ya no puede aplicarse a este fenómeno. No se trata de una organización. No hay una idea común, ni un líder ni un discurso. No es necesario. Sólo son individuos enfrentándose contra el mundo porque el mundo está mal. Recuerden los alzamientos en Francia y Bélgica. Todavía no hay una explicación convincente de porqué pasó. Pero pasó.

Y va a seguir pasando.

1 comentario:

Unknown dijo...

comparto el malestar cultural, la rabia e ira que se palpa entre los jóvnes en contra de un sistema que, al igual k en otras épocas comparten esa invisibilización hacia los jóvenes como sujetos de derecho, más bien se les ha visualizado hasta ahora como sujetos de consumo,delincuentes, drogadictos, violentos, abúlicos, etc. etc., erc., cosa que por lo demás esta muy lejos de las necesidades reales de los jóvenes, creo que muy poco se ha preguntado acerca que quieren los jóvenes hoy? desde ellos,desde su propia vivencia en la calle, en el colegio, por sus proyectos, por lo que desea, lo que piensan de este mundo k hemos construido para ellos, en fin, es preguntarse por la subjetividad juvenil en estos tiempo de tecnologización masificada, del chat, de las revolución de las telecomunicaciones, libre mercado, etc,por otro lado altos índices de vacios,crisis de identidad, crisis de lo humano en general.... no será k por ahí hay algo del "síntoma" social e individual puesto en evidencia en las protestas, en las pandillas, en la pasta, en el flaite,en el lanza, en el emo, dark, en el alcohólico , en la depre, en el suicidio, en las pastillas, la anorexia, en la bulimia, en el sinsentido....


Nelly Zúñiga.